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miércoles, 15 de septiembre de 2010

5- EGOALFAOMEGA

Se ve maltratado como concepto pero sigue estando ahí, infranqueable, inaccesible. Es tiroteado por los quererseres de las multitudes influenciables, que se resignan a asumir la importancia que adquiere el considerarlo un pilar vital. El altruismo, el mayor de los dictadores, disfrazado de ángel caritativo, hizo construir campos de concentración para exterminarlo. Fue un genocidio fatal, pero no fue suficiente, pues ni así se le pudo exterminar. Renació, si es que algún día murió. Bastó con que alguien en el mundo pensara en él para que en una eyaculación de ideas brillantes fecundara los óvulos neuronales de aquéllos que estaban deseosos de ser despertados. La realidad lo merecía, pues sin él, sin esa idea, nada sería igual. El despertar no fue fácil, pues los que dieron el paso de confesar a los ojos del mundo su ideal fueron acusados de crueles e inhumanos. Otros optaron por esconderse y, pese a la firmeza de su creencia, decidieron disfrazarse y hacerse pasar por ovejas normales y corrientes. Los que nos dejamos llevar por los aires de revolución no tuvimos problema alguno en publicarlo alto y claro, pese a las caras de asombro de los pequeños rebaños armados dispuestos a atacar. Otros, en oír la lucidez de nuestras palabras, abrieron también los ojos e hicieron suyo nuestro discurso. Luego le perdí el rastro y, siendo sensato, desconozco si la lucha continúa, pero me basta con que en su conquista mundial pasara por mí y me considerara digno de poseer su semilla. El progreso pasó por asumir la importancia del ego, y que más allá no hay nada más, tan sólo una fuente de oscuridad que apaga cualquier pretensión de creer que todo acto va más allá de él. De vital importancia fue, también, asumir que él lo gobierna todo, y no un ente cualquiera que tenga la fortuna de ser divinizado. Él se basta para ocupar también ese papel.

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