SIGUIENDO PASO A PASO A LOS MANIFESTANTES
Terrassa no ha destacado nunca por ser una ciudad que se movilice en exceso en ocasiones como la de hoy: la huelga general. Nos encontramos con una ciudad repleta de gente humilde que intenta salir adelante como puede. Desde el propietario de cualquier empresa de situación económica cómoda y estable hasta cualquier trabajador cuyo sueldo llegue, con suerte, a permitirnos etiquetarlo como mileurista, pasando por el empresario autónomo dueño de cualquier pequeño comercio que día a día lucha por sacar a flote su negocio, nos encontramos con personas que viven desde una perspectiva algo distante las medidas que un gobierno en el que ya no creen toma. No es que no se preocupen por sus derechos; lo hacen. No acatan resignados la imposición de nuevas leyes que, todo sea dicho, acostumbran a perjudicarles en mayor o menor medida. Las critican, las rechazan, pero sí que se percibe en ellos cierto grado de resignación. La resignación de quien no cree en quien, a priori, debe cuidar por sus intereses en el Parlamento. La resignación de aquéllos que se sienten desamparados y sienten que están en una situación de inestabilidad absoluta, pues si ya es dolorosa la oscuridad de su presente, más lo es el no verle la luz a su futuro más próximo. Es por ello que, en líneas generales, el ciudadano de Terrassa prefiere trabajar un día de huelga general y no ejercer su derecho a hacerla, pues no se puede permitir cerrar su empresa y no obtener beneficio alguno durante todo un día o, como sucede en la mayoría de los casos, que una parte fundamental del sueldo de la nómina de cualquier trabajador normal y corriente le sea descontada. Por lo tanto, parece una tarea difícil encontrar a quiénes sí que deciden ejercer su derecho a huelga y optan por ejercerlo a pie de calle puño en alto junto a aquéllos que quieren remar en su misma dirección. Con la misión de encontrarlos y ser su sombra durante el 29-S, nos ponemos en contacto con algunos de los miembros que la CGT tiene en Terrassa, sindicato que se ha ido erigiendo como principal organizador de la ruta que los piquetes informativos han seguido junto a APT (Assemblea Popular de Terrassa), CCOO (Comisiones Obreras), y UGT (Unión General de Trabajadores). Todo está listo, por lo tanto, para ver cómo se desenvuelven durante el proclamado y anunciado día de la huelga general por nuestras calles, bañadas hoy de esa tranquilidad repleta a la vez de inquietud, sensación común en ocasiones como ésta, hemos decidido seguriles en su protesta.
Los ciudadanos sacan sus banderas para protestar delante del Ayuntamiento |
Terrassa no ha destacado nunca por ser una ciudad que se movilice en exceso en ocasiones como la de hoy: la huelga general. Nos encontramos con una ciudad repleta de gente humilde que intenta salir adelante como puede. Desde el propietario de cualquier empresa de situación económica cómoda y estable hasta cualquier trabajador cuyo sueldo llegue, con suerte, a permitirnos etiquetarlo como mileurista, pasando por el empresario autónomo dueño de cualquier pequeño comercio que día a día lucha por sacar a flote su negocio, nos encontramos con personas que viven desde una perspectiva algo distante las medidas que un gobierno en el que ya no creen toma. No es que no se preocupen por sus derechos; lo hacen. No acatan resignados la imposición de nuevas leyes que, todo sea dicho, acostumbran a perjudicarles en mayor o menor medida. Las critican, las rechazan, pero sí que se percibe en ellos cierto grado de resignación. La resignación de quien no cree en quien, a priori, debe cuidar por sus intereses en el Parlamento. La resignación de aquéllos que se sienten desamparados y sienten que están en una situación de inestabilidad absoluta, pues si ya es dolorosa la oscuridad de su presente, más lo es el no verle la luz a su futuro más próximo. Es por ello que, en líneas generales, el ciudadano de Terrassa prefiere trabajar un día de huelga general y no ejercer su derecho a hacerla, pues no se puede permitir cerrar su empresa y no obtener beneficio alguno durante todo un día o, como sucede en la mayoría de los casos, que una parte fundamental del sueldo de la nómina de cualquier trabajador normal y corriente le sea descontada. Por lo tanto, parece una tarea difícil encontrar a quiénes sí que deciden ejercer su derecho a huelga y optan por ejercerlo a pie de calle puño en alto junto a aquéllos que quieren remar en su misma dirección. Con la misión de encontrarlos y ser su sombra durante el 29-S, nos ponemos en contacto con algunos de los miembros que la CGT tiene en Terrassa, sindicato que se ha ido erigiendo como principal organizador de la ruta que los piquetes informativos han seguido junto a APT (Assemblea Popular de Terrassa), CCOO (Comisiones Obreras), y UGT (Unión General de Trabajadores). Todo está listo, por lo tanto, para ver cómo se desenvuelven durante el proclamado y anunciado día de la huelga general por nuestras calles, bañadas hoy de esa tranquilidad repleta a la vez de inquietud, sensación común en ocasiones como ésta, hemos decidido seguriles en su protesta.
Con los piquetes, que se encontraban delante de la Mutua de Terrassa |
Los piquetes han emprendido su andadura en la estación de buses de Terrassa, ubicada en al final de la Rambla (en el centro de la ciudad). Allí, siendo todavía pequeño el colectivo movilizado (unas treinta personas), se ha bloqueado la entrada y salida e incluso han pinchado algún que otro neumático. Sin embargo, este hecho un tanto violento es un caso aislado, pues la marcha ha transcurrido de forma tranquila y no se ha dado ningún altercado destacable.
La segunda parada de los manifestantes ha sido la estación de Ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya, donde se han asegurado de que solamente se cumplieran los servicios mínimos y han intentado que ni éstos se pudieran dar a cabo.
Los establecimientos y comercios han pasado a ser más tarde el punto de mira de los piquetes. Uno a uno de los que estaban abiertos (la gran mayoría) han recibido la visita de ‘sus compañeros’ (como se hacían llamar los manifestantes), quiénes les han animado a que les acompañen haciéndoles ver que su lucha también era la suya y que debían actuar de forma unida. Bien por miedo o bien por convencimiento, los comercios acababan bajando sus persianas arrancando así aplausos a todos los protestantes, que cada vez eran más. (Aunque la verdad, pasado un rato muchos volvían a abrir sus puertas).
Piquetes dialogando con un trabajador de BBVA |
Durante la ruta, que ha durado de 8 de la mañana a 1 del mediodía, los piquetes informativos han conseguido ver cerrar establecimientos como ‘Mercadona’ (que había dado la consigna a sus trabajadores de poder cerrar momentáneamente hasta tres veces, según nos ha contado un trabajador), ‘Zara’, ‘Lefties’ o ‘Bershka’, cafeterías, bares y numerosos pequeños comercios.
Entre pitos, cánticos, pancartas y banderas al viento, la marcha seguía su rumbo encabezada por un miembro de la CGT que megáfono en mano iba avisando de los establecimientos que permanecían abiertos, convirtiéndolos en la próxima meta. Cada vez más motivados por los triunfos logrados en el camino (cada persiana bajada y cada persona que se unía) la movilización se acercaba a la plaza del Ayuntamiento, donde la protesta culminaría. En dicha plaza se han congregado más personas de las previstas (unas mil), pues miembros de la UGT y de CCOO se han unido a la causa.
La escena reflejaba la realidad palpable en la ciudad: vecinos de todas las edades preocupados por el presente y, sobretodo, por lo que está por llegar.
Piquetes informativos entrando en Zara |