Fotografía: FosyPhoto, Gloobal Club Sabadell |
Había un lugar donde aún se podía ser libre. Quizás por ese hecho, y por lo que asusta a una sociedad actual que no está acostumbrada a observar la libertad en estado puro dada la situación de limitaciones en la que se encuentra, era acusado por la multitud, ajena a su existencia y muy dada a opinar alegando un profundo conocimiento de la causa cuando en realidad derivan sus opiniones de rumores y creencias aún más desgastados. Pero simplemente era un lugar ajeno, una comunidad apartada del mensaje establecido por las imposiciones de nuestros padres políticos, un sitio donde el bien y el mal se quitaban la máscara que algunos han querido colocarles y se olvidaban de su estipulada apariencia. Allí la humanidad era libre. ¿Desagradable, violenta, drogadicta? Eso ya es asunto del juicio de cada uno, aunque la respuesta a esta pregunta sorprendería por lo contradictorio con su fama. La gente, simplemente, actuaba tal y como era, no como le decían que fuera. Quizás se tratara de uno de los mayores drogaderos del Vallès Occidental y alrededores. Eso ya es otro asunto. Pero la de drogarse era la elección de cada persona que allí asistía. Una elección vital propia que nacía de la libertad de cada individuo a hacerlo o no. Quiénes allí asistían tenían claro que la libertad no consiste en elegir entre las pocas opciones estipuladas que existen. No. La libertad no es hacer lo correcto, ni hacer lo bueno. La libertad es valorar si lo bueno y lo malo realmente lo son, y decidir de forma individual qué camino adoptar. Pero no consiste en tachar algo como estigma e impedir a la sociedad su uso por puro paternalismo dictatorial. Hablo de la libre elección de cada uno. Hablo de una palabra tabú en el mundo en el que vivimos, que asusta por igual a quiénes ordenan como a quiénes reciben sus órdenes: elegir. Ayer, 200 mossos d'esquadra se encargaron de cumplir las órdenes de otros, que además cuentan con el apoyo mayoritario de una población manipulable, para invadir ese lugar apartado de una ley que muchos rechazan por pura incomprensión: Gloobal Club Sabadell.
Anónimo, Gloobal Club Sabadell |
Y a bocados, siguen comiéndose la libertad del pueblo. Esa libertad por la que luchan los tunecinos y los egipcios a base de revueltas que creemos ajenas a nosotros por tratarse de una causa que ya defendimos en su día y que nos llevó a ser libres de forma exitosa, sin darnos cuenta de que el problema sigue aún disfrazado. Pero esta es la historia de siempre. Pequeñas leyes y actos, que van pellizcando el libre albedrío del ciudadano yprograman su futuro y le acortan el margen de actuación, siguen apareciendo. Pequeñas decisiones que se engloban en una línea de actuación que preocupa, que empequeñecen a su vez el poder del habitante de este país. Seguiremos aguantando absurdos spots de patriotismo que sólo buscan englobar al pueblo en una causa inútil, que pretenden causar identificación y unión en la gente, que pretenden que nos llenemos la boca hablando de todo lo que tenemos y de lo que podemos presumir. Buena táctica para una época en la que tenemos realmente poco y en la que destacamos por todo aquello de lo que carecemos. Y es que la identificación no se busca con un vídeo de un minuto que trate de agujerear la capa emocional del individuo y que consiga cuatro bellos erizados. La identificación se busca escuchando a la gente, conociendo lo que quiere, entendiéndola y no creyendo poseer el poder suficiente como para saber lo que quiere mejor que ella. Ahí radica el problema de la política. Y así es como esa identificación no existe, pues muere cuando nace la imposición. Cuando el camino del destino se convierte en una carretera asfaltada de un solo carril que impide salir de allí y tomar otra dirección. Eso deslegitima cualquier decisión, cualquier ley y sólo consigue provocar que la libertad muera, en este genocidio de opciones y oportunidades alternativas en el que parece que vivimos.
No, esta no es una elegía a la drogadicción. Simplemente lo es a la libertad de ejercer esa opción individual, como cualquier otra, por parte de aquéllos que lo crean conveniente. A nadie afecta, tan sólo a ellos. Qué menos que puedan hacerlo si así lo creen adecuado.
2 comentarios:
Gran entrada con muchas verdades
cuanta razon tienes chicoo!!
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