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lunes, 29 de noviembre de 2010

RETRATOS: HUMA JAMSHED



Huma Jamshed probablemente sea un nombre que en la mayoría cause indiferencia. Es una de aquellas personas que en apariencia no existe, pues pasa desapercibida en los medios. Y es que a Huma Jamshed la podríamos situar en la frontera que hay entre el anonimato y la fama y la popularidad social. Si tuviera que etiquetarla para que la gente no perdiera su tiempo en divagar acerca del porqué de todo esto y se hiciera una idea de quién es con la máxima brevedad posible, les diría que es la fundadora y presidenta de la ACESOP (Associació Cultural Educativa i Social Operativa de dones Pakistanís). Pero sería cruel limitar su pasado, su presente y su futuro sólo a eso. Con el objetivo de que pase a formar parte de la conciencia colectiva de la gente mi compañero, Bernat, y yo nos dispusimos a entrevistarla, a conocerla y a que se dejara conocer, a entenderla, a profundizar en ella.

Su historia nos llegó a Bernat y a mí por casualidades de la vida y, tras valorarla a ella y a todo lo que le rodea, consideramos que era la candidata perfecta para empezar a desarrollar nuestro instinto innato de entrevistar, de darle vía libre a la voluntad de empaparnos de la gente que nos rodea y que se expande como el gas por el mundo en el que vivimos. El atractivo de conocer su historia era innegable. Porque la historia, al fin y al cabo, la componen esas pequeñas peculiaridades de cada persona y cómo se interrelacionan entre sí, y es de vital importancia conocerlas y exponerlas en el escaparate del mundo. Y es así como nació todo esto, con la intención de conocer, de absorber y de transmitir historias de gente anónima, conocida, popular o famosa que consideramos que tiene algo que decirle al mundo, que tiene algo que contarle y que merece tener un hueco para hacerlo. Es así como cuando el nombre de Huma Jamshed dejó de ser anónimo para nosotros decidimos buscarla. Y la encontramos. Tras varias llamadas e intentos, conseguimos concertar una cita con ella en el local que la ACESOP tiene en el Raval de Barcelona. Y allí fue donde el día 23 de noviembre nos recibió.


LA ENTREVISTA

Llegamos al portal del bloque de pisos donde se encuentra la asociación, en la calle del Carme, poco antes de las 15h, hora a la que hemos quedado con la señora Jamshed. Tocamos al timbre y, unos segundos después, nos abren sin preguntar. Subimos las escaleras, de una apariencia bastante lúgubre, y encontramos ante nosotros una puerta abierta. Entramos. Nos recibe una joven pakistaní que lleva en las manos leche y galletas. Dada la hora, no hubiera estado mal que se hubiera tratado de una manera hospitalaria de darnos la bienvenida. Pero no. No sabe quién somos. Le preguntamos por la señora Jamshed y nos devuelve la pregunta cuestionándose si tenemos cita con ella. Como podemos, a causa de la barrera lingüística, le damos a entender que hemos quedado con ella. Nos hace pasar y nos indica que hemos de seguir el pasillo que hay a su izquierda en línea recta y esperar en la sala que hay al final. Le hacemos caso. Mientras avanzamos, nos quedamos perplejos mirando los cuadros que conviven con la gente que transita por la casa, las inscripciones árabes, todos los elementos colocados intencionadamente, con una función muy determinada, formando, en conjunto, un lugar clásico, cálido y acogedor. Llegamos a la sala, una especie de despacho con vistas a la calle del Carme, no sin antes ver de reojo una habitación situada al lado en la que hay una cama. Inmediatamente nos pasa por la cabeza la idea de que haya mujeres que duerman allí por algún motivo y modificamos la entrevista para incluir este dato en la lista de preguntas. Y esperamos a nuestra entrevistada observando el despacho, presidido por una mesa situada en el centro en la que conviven la bandera de Pakistán, la de España y la de Cataluña. Al lado, bolígrafos, papeles y tarjetas de la asociación, esas mismas que al despedirnos Huma Jamshed nos daría. Y la esperamos. Al otro lado de la casa no dejan de oírse ruidos y voces, señal de que hay más gente, e intento distinguir una que me resulte familiar, que me diga que la señora Jamshed está allí, esperándonos, o acabando de arreglar algún asunto para atendernos rápido. Rápidamente llegamos a la conclusión de que es una mujer muy ocupada, pues la espera se alarga, teoría que luego se confirmaría, pues su blackberry nunca dejó de sonar durante la entrevista. Tocan al timbre. La misma chica que nos había abierto minutos antes vuelve a ser la encargada de abrir ahora. Los visitantes son dos, y son españoles. Los hacen esperar en el recibidor. Poco después el ambiente cambia y se perciben señales de que Jamshed se acerca. Saluda a sus invitados y sus pasos empiezan a acercarse a la sala donde nos encontramos. Y por la puerta vemos una señora de origen claramente pakistaní de apariencia bastante occidental, conscientemente arreglada, acompañada de dos jóvenes. Después sabríamos que los dos invitados eran periodistas freelance. Ella se disculpa, pues nos confiesa que ha mezclado dos citas. Se la ve nerviosa, pues no sabe qué hacer. Les dice que vayan al otro lado de la casa y hablen con las chicas mientras ella nos atiende pero acaba marchándose de nuevo con ellos. Seguimos esperando. Minutos más tarde vuelve y insiste en disculparse. Nosotros le quitamos peso al asunto con tal de ponernos manos a la obra ya, pues nos invaden las ganas de conocerla. Rápidamente me llama la atención un tatuaje de jena que ocupa toda la palma de su mano izquierda. Al preguntarle al final de la entrevista nos diría que se lo hizo ella misma con motivo del 20 aniversario de la boda con su marido, que había celebrado el fin de semana anterior. Tras una breve charla, empezamos a entrevistarla.

Desde la primera pregunta, en la que intentamos conocer su infancia, nos damos cuenta de su experiencia en asumir el papel de entrevistada, pues nos explica su vida de carrerilla, como quien está harto de hacerlo ya. Nos desmonta la entrevista, pues contábamos con ir paso a paso y conocer cada detalle poco a poco y con precisión, pero intentamos sobreponernos a este hecho e improvisamos sobre la marcha dadas las nuevas condiciones de la situación. Y, ahora sí, nos empezamos a empapar de ella. Conocemos a esa Huma Jamshed que, de lo contrario que mucha gente de su país que ha vivido situaciones difíciles, salió airosa de su infancia y de los años que siguieron a esa etapa, pues, según nos cuenta, una persona de ciudad suele vivir rodeada de estabilidad en su país. Nos habla de los años que pasó en el colegio público de su ciudad natal, Karachi, y de la carrera de Química que cursó, de por qué decidió acompañar a su marido, con quien ella misma reconoce que se casó por conveniencia, cuando éste decidió emigrar a Madrid y de su llegada posterior a Barcelona, ciudades de las que apenas conocía nada cuando vivía en Pakistán. Nos cuenta que tiene dos hijos, de quien después nos enseñaría una fotografía desde su blackberry. Nos reconoce que en su país la religión es la base de la educación. Una religión que ningunea a la mujer pakistaní por el papel que tienen los hombres en ella. Según nos dice, ser mujer en su país es sinónimo de ser nada (“Somos maderas muertas, no tenemos ni voz, ni voto y dependemos totalmente de los hombres). Sin embargo habla del papel que tuvo su madre, de quien heredó la intención de luchar y de conseguir ser autosuficiente, en su hogar y en su educación. Nos explica que le enseñó a guiarse por su corazón siempre, ante cualquier situación y a compartir siempre que pudiera. Por ese motivo, por ese altruismo heredado genéticamente, acabó fundando la ACESOP cuando la vida empezó a sonreírle.

Durante las siguientes preguntas conocemos a una Huma Jamshed que intenta siempre huir de los prejuicios y de las cadenas, que apela a la libertad, luchando ara materializarla constantemente a causa de haber vivido la represión en primera persona. Nos cuenta que el velo no es una cuestión de religión, sino de cultura, y que la religión es algo muy íntimo, un camino libre a seguir y no una forma de aprisionar la conciencia de la gente. Nos habla de su asociación y de la necesidad que vio de crearla cuando empezó a rodearse de mujeres pakistaníes en Barcelona. Para ella, sus compatriotas femeninas deben despertar, aunque aún queda mucho para eso, calificándolo de “un proceso largo que apenas ha empezado”. Mientras tanto, ella misma se encarga de mejorar el día a día de esas personas como único remedio posible del problema por ahora. Nos hace ver la dificultad que tienen las mujeres si quieren intentar tener voz y asumir su propio rol. Unas dificultades que nacen desde su propio entorno. Le preguntamos sobre qué papel tienen los medios de comunicación en todo esto y también en la visión que los españoles tenemos del pueblo musulmán. Según Huma Jamshed, hay mucha variedad de puntos de vista aunque sí que nos confiesa que muchos medios se empeñan en transmitir una visión del pueblo musulmán diferente a la real con tal de que no sean bienvenidos aquí. Ya finalizando la entrevista y para quitarme una curiosidad que había nacido en mí desde el momento en que había dicho que se casó por conveniencia, le pregunto si estaba enamorada cuando lo hizo. Me dice que no, pero que en su país el amor empieza a nacer a partir del matrimonio y no antes. Y, tras prácticamente dos horas de entrevista, acabamos y nos pide que la acompañemos para enseñarnos la casa. En la habitación donde habíamos visto antes la cama hay, además, bolsas de ropa que utilizan las mujeres y que también envían a Pakistán. Nos confiesa que si ella tiene dos abrigos, uno lo da, porque “¿para qué quiero dos?”. Seguimos por el pasillo que nos había llevado a su despacho antes para dirigirnos a una sala llena de ordenadores en la que hay varias mujeres. El de Informática es uno de los talleres que su asociación imparte. En la habitación de al lado, una especie de cocina que desprende un fuerte olor acoge a dos mujeres más que se acaban de hacer un tatuaje de Jena precioso. No dudo en fotografiarlo y me preocupa parecer un hipócrita occidental que fotografía elementos curiosos de personas de otras culturas como si estuviera en un zoológico viendo animales. Continuamos y nos guía a otra habitación en la que hay una mujer con una máquina de coser. Nos cuenta que cualquier mujer de la Asociación puede traer sus prendas y hacerle los arreglos que crea convenientes utilizando la máquina de coser. Además, venden según qué prendas hechas por ellas a algunas tiendas de la zona para ganar algo de dinero. Seguimos andando y nos lleva a una sala donde nos impresiona ver un gran televisor de plasma. Según nos dice, allí se enseña castellano. Nos fotografiamos con ella, cosa que aún no habíamos hecho, y una chica de allí nos fotografía también con la cámara de la Asociación para que ellas también tengan un recuerdo de nuestra visita. De repente me pregunta mi nombre, cosa que aún no había hecho, para dirigirse a mí. Con cara de preocupación me cuenta que los dirigentes de la discoteca-after ROW14, situada en Viladecans, se han puesto en contacto con ella para que envíe a tres chicas para el domingo 28 con el objetivo de que hagan tatuajes de Jena durante la fiesta Bollywood que allí se iba a celebrar.. Me pide mi opinión. Sinceramente y con conclusiones que la experiencia me ha dado, le digo que puede impactarles, pues ellas nunca han visto a nadie ebrio ni drogado y eso es algo que allí verían demasiadas veces, aunque le quito peso al asunto, pues creo que si se limitan a hacer lo que les han pedido que hagan pueden salir airosas de la situación. Volvemos al despacho, donde habíamos dejado nuestros bártulos, y recogemos. Cuando prácticamente nos disponíamos a salir por la puerta nos vuelve a llamar. Esta vez nos conduce a una de las habitaciones en las que había una cama. Nos muestra varias bolsas para guardar el pan y varios estuches que ella misma y sus mujeres habían hecho y nos dice que elijamos, que son un regalo de su Asociación. Sumamente agradecidos por tener un recuerdo así de nuestra primera entrevista, le damos las gracias reiteradamente. Y, ahora sí, nos marchamos, deseándonos suerte en nuestros respectivos proyectos de futuro y con el deseo en el horizonte de vernos las caras más adelante y contarnos qué ha sido de nuestras vidas.

Y nos marchamos de allí. Volvemos a bajar las oscuras escaleras que habíamos subido anteriormente. Ahora la satisfacción y la tranquilidad se mezclan con el inconformismo, pues nos ametralla incesantemente la idea de que podríamos haber hecho más y mejor, pero la tranquilidad de tener muchos años por delante para corregir nuestros errores y nuestra experiencia nos consuela. Salimos a la calle y no dudamos en fumarnos un cigarro. El humo nos sabe más apaciguador que nunca a Bernat y a mí. Deshacemos los pasos que nos habían conducido a la calle del Carme y nos topamos con la entrada a la estación de Rodalies de Plaça Catalunya, donde nuestros caminos han de separarse. Nos despedimos. Una vez solo, me acechan las ideas y visualizo los pasos que tendré que seguir para mejorar y corregir los errores cometidos. Siento una melancolía extraña fruto de haber cumplido, pese a todo, con éxito el objetivo de entrevistar. Esa melancolía se acentúa cuando, una vez en el tren que me ha de conducir a Terrassa, en medio del vagón, un hombre de origen suramericano empieza a tocar la zampoña acompañado de melodías que surgen de una cadena de música (que le sirve de base musical) y de un micrófono. La música invade todo alrededor suyo y él parece estar metido en una burbuja donde los sonidos que él crea bastan para apelar a la felicidad. Abandono mi cuerpo sin poder volver a él por mucho que lo intente. Me quedo estupefacto mirando a quiénes me rodean, analizándolos, escudriñando cada milímetro de materia que los compone. Los miro a los ojos, donde retengo mis pupilas, y penetro en ellos, en sus almas. Los entrevistaría a todos, hasta a aquéllos que hacen como si no estuvieran escuchando nada para que cuando el músico pase gorra en mano pidiendo caridad no se vean con la obligación moral de pagarle. De repente caigo en la cuenta de que debo tener una expresión ridícula, al ver a un hombre, acerca del cual mis prejuicios me llevan a pensar que es un vagabundo por su harapiento parecer, mirándome y riéndose. O quizás no y él también está apreciando la belleza del momento gracias a esa música de fondo que nuestro amigo suramericano se ha encargado de convertir en banda sonora de ese instante. Y me pierdo. Me pierdo entre las gentes del mundo que allí me rodean, que no serán las mismas que me rodearán mañana ni pasado. Me pierdo como uno más en aquel tren, pensando ya en la próxima cita. El domingo 5 de diciembre Ángel ‘Pichi’ Alonso nos espera en los estudios de TV3.

Más fotografías:

                    
            

ENTREVISTA COMPLETA

1- ¿Cómo fue su infancia? ¿Cómo fueron sus primeros años en el mundo?

Nací en Karachi. Mi padre era financiero de una compañía aérea y mi madre era profesora. Ambos eran de origen hindú y, cuando Inglaterra se marchó y dividió aquellas tierras en la India y Pakistán decidieron marcharse a Pakistán. Tengo 6 hermanos, una hermana gemela, dos hermanos más grandes y dos más pequeños. Estudié en un colegio público y después estudié Química en la Universidad de Karachi. Me casé por conveniencia con un compañero de trabajo de mi padre y tuve dos hijos. A mi marido le hicieron una oferta de trabajo en Madrid para ejercer de financiero en una compañía aérea de allí y se vino. Después reagrupamos la familia y nos vinimos mis hijos y yo. Aquí me compatibilizaron los estudios e hice mi tesis doctoral. Mi marido se quedó sin empleo y se volvió a Pakistán y yo me quedé. Decidió montar una compañía de viajes que funcionó bien y nos vinimos a Barcelona cuando finalicé mis estudios. La compañía fue genial y abrimos más. Tenemos 7 en varios puntos de Catalunya y Madrid. Tengo un hijo de vuestra edad estudiando en Sheffield y una hija que está aquí. Viendo mi buena situación decidí fundar la asociación, porque considero que si alguien dispone de medios para mejorar el mundo, ha de acerlo. La verdad es que tuve una infancia muy estable porque vivía en la ciudad.

2-¿En qué condiciones nace una persona en Pakistán hoy en día?

Una persona en Pakistán nace en una situación estable si vive en la ciudad, como fue mi caso, y no tan estable si vive en u npueblo. La mayoría de personas que vienen de allí lo hacen desde los pueblos y el cambio que notan al llegar es radical, el impacto es mayor. Ser un hombre pakistaní es tarea fácil. Ellos pueden hacer todo, rezar, etc. La mujer no, es un objeto y no tiene valor alguno. Somos totalmente dependientes de ellos. Otra cosa impactante es que aquí el hijo, dentro de una familia, tiene una importancia vital y está por encima de los adultos en el sentido de que se le presta más atención. Allí sigue siendo primordial y dominante el adulto por encima del niño.

3-¿Nos podría describir la violencia y los altercados en Pakistán durante su niñez y adolescencia?

La vida nunca es tranquila en Pakistán, las guerras y los conflictos nunca duermen. Yo tuve la suerte de nacer y crecer en un ambiente normal con mi familia.

4-¿Nos podría narrar una tarde familiar en casa de Huma Jamshed?

En mi casa había buen trato, éramos tratados todos por igual y nunca nos faltó nada. Mi padre se quedó inválido durante 25 años y eso nos hizo madurar y colaborar en casa.

5- ¿Qué le inculcaron? ¿Está muy incrustada la religión?

Sí. La religión es básica. Yo misma soy musulmana practicante. Aún así, mi padre, durante sus últimos 25 años de vida, tenía una discapacidad de más del 90% debido a un accidente que tuvo en el que se golpeó la cabeza y las mujeres de mi familia tuvimos que ejercer su rol, por lo que mi madre se convirtió en la voz dominante y me transmitió unos valores muy importantes. Me enseñó a apreciar la paz interior y el camino para llegar a ella, a no hacer nada que no naciera del consenso entre alma y cabeza y a compartir siempre que pudiera.

6-¿Qué significa ser mujer en Pakistán?

Ser mujer en Pakistán es prácticamente sinónimo de no ser nada. Somos maderas muertas, no tenemos ni voz, ni voto. Dependemos totalmente de los hombres de nuestra familia, de nuestro padre, de nuestros tíos, de nuestros hermanos. Cuando nos casamos, nos vamos a vivir a casa de nuestros suegros con nuestro marido y nuestra vida se limita a eso. Dejamos atrás nuestra familia, de la que nos desprendemos bastante, y nuestros suegros ejercen una gran influencia sobre nosotras. El nombre de nuestro marido pasa a ser nuestro apellido. En el caso de que una mujer emigre a España, será siempre a causa de que el marido lo decida, y él siempre tendrá el poder de decidir si quiere que ella se quede o no, tendrá en su mano el permiso de residencia porque ella viene por él. Es un método de coacción fundamental que explica muchos aspectos de la mujer pakistaní en España.

7- ¿Qué valores le transmitieron sus padres?

Mis padres me enseñaron a valorarme como persona, todos somos importantes. También me enseñaron a guiarme por mi corazón, si tu alma se muestra negativa, no actúes ya que tienes que guiarte por tus sentimientos.

8- ¿Cómo despertó Huma Jamshed? ¿Qué hubo de diferente en usted respecto a otras mujeres que han aceptado no tener ni voz, ni voto?

Sobre todo a causa precisamente del papel de mi madre dentro de mi familia. Ella ya tenía una mentalidad muy abierta y no era sumisa, y eso nos lo transmitió por herencia directa. Es algo que ella metió en mí desde pequeña.

9-¿Cuál es su religión?


Soy musulmana, creyente y practicante. Cumplo con mis deberes religiosos pero los aparataré a un lado cuando haya alguien que necesite mi ayuda o mi cariño. Mi deber es ayudar.


10- ¿Por qué cree en Dios? Veo que no lleva velo. ¿Cómo lo ve su entorno y sus compatriotas?

Creo en Dios y soy practicante. El problema del velo es que se confunde religión con cultura. El velo no es algo intrínseco de la religión, sino que está mas arraigado a la cultura y al hecho de que la religión esté dominada por los hombres. No estoy en contra de que se prohíba pero tampoco pienso que sea algo obligatorio. Es algo que una mujer tiene que decidir, es una decisión libre. Yo, personalmente, no lo llevo, porque pienso que si Dios nos ha dado un cuerpo, no nos lo ha dado para ocultarlo, sino para enseñarlo. Además, no es una ropa cómoda para mi trabajo. Muchas mujeres llevan velos y demás y realmente es incómodo. Yo, personalmente, prefiero un jersey. Además, la religión es algo libre. No ha de ser una forma de vida obligatoria que te condene, sino que es un recurso para que aquéllos que lo necesiten se sientan protegidos. Yo defiendo el laicismo, pues no considero la religión algo obligatorio. Es más un camino a seguir opcional, algo muy interior. Dios es para mí algo muy mío, muy íntimo y subjetivo.

11-¿Cree que en algunas ocasiones a su gente le falta valentía, o el miedo a alzar la voz es mucho mayor?

El miedo a alzar la voz es muy superior ya que mi gente vive con miedo. Ellos sienten pánico por la’’ islamofóbia’’.

12-¿Cree que en la actualidad el pueblo islámico y el pueblo cristiano están muy alejados?

Actualmente están muy alejados. Las diferencias más grandes las encontramos a nivel ciudadano y a nivel público. Los rituales y las ceremonias islámicas no son bien recibidas por el pueblo cristiano.

13-¿Actualmente cree que los valores que transmitió el Profeta son llevados a cabo por el pueblo islámico? ¿Usted cree que ciertos temas religiosos son bastante radicales?

Hay que diferenciar entre religión y cultura. No hay nada radical, simplemente es entender y practicar con la religión musulmana.

14-¿El fundamentalismo islámico opina que la reivindicación de los derechos de la mujer es fruto de la modernidad de Occidente y que se trata de una invención, mientras que el feminismo piensa que Islam y defender los derechos de la mujer no son compatibles. ¿Qué opina usted?

El hecho de que el fundamentalismo islámico piense eso está causado precisamente por lo que le decía antes de que la religión está escrita por los hombres y controlada por ellos. Los imanes son hombres, sólo los hombres pueden rezar en las mezquitas, al menos en las horas importantes. La mujer necesita tener un centro de referencia donde poder ejercer su derecho a rezar. Precisamente una de las cosas que defiendo es la construcción de una mezquita para mujeres en esta zona. Respecto a que el feminismo piense que el Islam y los derechos de la mujer son incompatibles en parte está provocado por la desinformación y el antiislamismo que en cierta manera está presente en la sociedad y que se ha visto acentuado por el 11-S y el 11-M. Fueron hechos que han perjudicado a la comunidad musulmana mucho.

15- ¿Qué conocía de España cuando vivía en Pakistán?

Nada. Cuando mi marido me dijo que nos veníamos a vivir a España en el horizonte no veía nada, no me podía hacer una idea de lo que me esperaba. Había sentido hablar de la capital, Madrid, y de Barcelona por los Juegos Olímpicos del 92, además de Córdoba y de Granada por ser capitales de Al-Andalus en su día. Pero realmente no conocía nada, no podía imaginarme absolutamente nada.

16- ¿Qué actividades propone exactamente su asociación?

Aquí hacemos talleres para que las mujeres mejoren su calidad de vida, su día a día. Tenemos talleres de informática, de tatuajes de Jena, de cocina, enseñamos castellano, tenemos máquinas de coser para que ellas puedan traerse sus prendas y arreglarlas… Ellas a veces han de pagar los materiales y nada más, lo demás lo hacemos de forma gratuita. Pero todo de cara a mejorar su día a día, como un pequeño paso para que a la larga, porque es un proceso que si esta iniciado es en un 1%, puedan tener autosuficiencia aquí o en Pakistán y puedan progresar. Es la clave para que el papel de la mujer tome fuerza.

También participamos activamente en actividades de la ciudad, como el Carnaval, aunque fuera en contra de la religión musulmana. Nosotras valoramos los pasos que damos y, aunque no estén plenamente en concordancia con la religión, consideramos más importante según qué aspectos como la integración. Hemos tenido mucho éxito. Incluso hace unos años tuvimos cierto peso en una escuela pública de la ciudad, pero la Generalitat nos acabó dejando al margen. Siempre nos ofrecen cosas pero nos quitan otras, no quieren que tomemos fuerza como colectivo, quieren tenernos controladas y divididas para que no escapemos a su control. Cuando parece que damos un paso, siempre debemos retroceder por algún motivo.

Hemos visto una cama al entrar, en una de las salas. ¿Duerme alguien aquí?

No, para nada. Aquí no duerme nadie. El motivo es simple. Cuando algunas mujeres pakistaníes dan a luz, los maridos las abandonan y ellas deben buscarse la forma de sobrevivir. Nosotros nos ofrecemos a que

17- ¿Cuándo se empezó a concienciar de que la mujer pakistaní necesitaba su ayuda?

Cuando llegué a Barcelona y vi su situación, su desamparo, su soledad y su necesidad de ser escuchada. Como tenía medios, los usé, precisamente por lo que le decía antes de que me enseñaron a compartir siempre que pudiera, y creé la fundación, que hasta hace 5 años no era legal. Después sí, y recibimos muchas ayudas. No nos podemos quejar.

Además, la mujer pakistaní que intenta ser autosuficiente, es frenada por un entorno que se niega rotundamente a que hable y se exprese. Es algo que yo misma he vivido y con lo que he tenido muchos problemas. Pero siempre he luchado por la autosuficiencia que creo que he acabado logrando.

18-¿Qué papel cree usted que juega la mujer en Pakistán actualmente?

No tiene ningún papel, no sirven para nada. La mujer ha de obedecer y callar ante las exigencias de los hombres. Esto algún día cambiará, pero queda mucho camino por recorrer.


19-¿Los hombres ven a las mujeres como un simple objeto en su país? O nosotros tenemos un mal concepto de ello y todo es relativo?

Ese tema es mundial. Las mujeres han sufrido mucho y siguen sufriendo demasiado. Pero su ventaja es que han luchado y siguen luchando.

20-¿Si en sus manos estuviese prohibiría el Burka?

No, es la manera de vivir y de vestir. No prohibiría nada, es más, haría una ley para el libre uso del Burka. Es una prenda muy incómoda que te provoca invisibilidad, por ese motivo yo no la llevo. Pero eso no significa que las demás mujeres tengan que seguir mi ejemplo.

21-¿Cree que estas actividades son necesarias para que en cierta manera la mujer musulmana y, más concretamente, pakistaní esté preparada para tener voz aquí?

Como le he dicho antes, es un proceso muy lento el hecho de que la mujer adquiera la autosuficiencia que necesita, por lo que nos centramos en su día a día, aunque sí que reconozco que esto es un primer paso para que puedan serlo algún día, aunque dentro de muchos años. Aunque ciertamente, la España de hace unos años refleja ciertos aspectos de la mujer pakistaní actual, por lo que empaparnos de eso puede ser positivo de cara a que se produzca ese cambio.

22- ¿En su país la gente va muy protegida con ropa y no se enseñan partes del cuerpo. Le sorprendió la vestimenta de los españoles? Minifaldas, camisas ajustadas…

Sí, fue un choque cultural. Me sorprendió mucho

23-¿Qué opina usted sobre la mujer española? En su estancia en España ha observado mucho machismo dentro de la sociedad?

No he observado muchos casos machistas, algunos, pero en general no. Las mujeres españolas trabajan mucho y son libres, la libertad las ampara.

24-Como bien sabrá en España cada año se cometen asesinatos y maltratos a las mujeres, un factor conocido como violencia de Género. ¿Cree usted que los hombres que maltratan a sus mujeres merecen estar en la cárcel eternamente?

Eso lo tiene que decidir un juez. Confío y respeto la ley española. Yo no soy nadie para cuestionar la voz y las sentencias de un juzgado.

25-¿Qué opina Huma Jamshed de la pena de muerte?

No estoy a favor de la pena de muerte. No tenemos derecho a quitar la vida a nadie, aunque sea el peor criminal de todos.

26-La pena de muerte se continúa aplicando en su país. La lapidación es una pena aplicada a las mujeres por actos de infidelidad. Una realidad cruel pero que sigue funcionando en Pakistán. Qué opina usted al respecto? Ha visto o ha presenciado alguna condena a muerte en directo?

La Lapidación es un tema muy grave y muy inhumano. No he presenciado ninguna pero he visto casos en la televisión. Realmente es escalofriante.

27-¿Si Huma Jamshed pudiera elaborar una constitución que derechos fundamentales habría para la mujer?

Mi único deseo es igualdad de oportunidades para todos.

28- ¿Cómo calificaría el papel de los medios de comunicación en todo este tema? ¿Son una ayuda o tiran de tópicos sensacionalistas de gran peligro?

Hay de todo. Algunos medios nos tratan con respeto. Sin embargo otros, y también a causa de hechos como el 11-S, intentan influír en el hecho de que la población se haga una impresión del musulmán concreta con la finalidad de que lo rechace. Todo pueblo es en cierta manera influenciable por los medios y por el boca en boca que provocan, por el “me han dicho que esto y lo otro” o el “pues ahora dicen que no sé qué no se cuánto”, y acaban provocando una bola y unas impresiones en los ciudadanos muy alejadas de la realidad.

29-¿Qué opina del laicismo en España? ¿Cree que la religión está perdiendo peso porque progreso y religión son conceptos enfrentados?

Yo hago apología del laicismo porque creo, como le he dicho antes, que la religión es algo muy particular de una persona. Le pondré en el caso de que si a las horas que mi religión me dice que debo rezar alguien me necesita, me olvido de rezar y ayudo a esa persona, porque Mahoma dijo que esas horas de rezo son recuperables y la religión acepta aparcar el rezo si es por un motivo así. No es una cuestión de de que esté perdiendo peso o no, es que es necesario que el laicismo sea tal, aunque también creo que la hipocresía del Gobierno es importante, porque presume de ser un país laico pero a la hora de la verdad no lo es, pues es el cristianismo sigue gozando de más privilegios que el resto de religiones que conviven en la Península.

30-¿Una pregunta que he aparcado antes y que me gustaría hacerle: Se casó por conveniencia. ¿Estaba enamorada?

No, pero en mi cultura casarte no es la manifestación del amor que profesas a tu marido. Casarte es el punto de partida y el amor viene después. Llevo 20 años con él y he sido muy feliz, si no, no hubiera tenido a mis dos hijos, que son fruto, precisamente, de ese amor.

31-Hemos visto que lleva un tatuaje de Jena en la mano. ¿Qué significa para usted?

Me lo hice yo misma para celebrar este pasado fin de semana las dos décadas de casada. Hicimos una fiesta con nuestra familia.

32-Nosotros la vemos a usted como una heroína del pueblo pakistaní pero, ¿Cómo se ve usted a si misma?

Soy una salvadora. Mi único objetivo es ayudar pero no me dejan trabajar bien, me impiden muchas cosas. Las mujeres necesitan fe y por ese motivo quiero construir una mezquita para ellas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenas tardes:

Os felicito por el artículo sobre Huma.

Josep Navarro dijo...

Muchas gracias. Comentarios como este hacen que el trabajo valga la pena y que esto no parezca un lugar en ruinas.